Al Qaeda y Occidente, juntos en su apoyo incondicional a la oposición siria

El líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, respaldó las protestas antigubernamentales en Siria y llamó a los musulmanes de diferentes países árabes a apoyar la sublevación de los grupos armados de la oposición. La declaración del líder del grupo extremista se hizo pública en una de las páginas web de los islamistas.
Los musulmanes deben ayudar a “sus hermanos en Siria con todo lo que puedan, sea sus vidas, su dinero, su opinión o alguna información”, señaló Al Zawahiri.
Además de incitar a los musulmanes de Turquía, Irak, Jordania y el Líbano a dar su apoyo a la oposición siria, acusó al presidente Bashar al Assad de promover una política antiislamista.
Al mismo tiempo llamó a los adversarios del régimen de Al Assad a contar con sus propias fuerzas en lugar de esperar la ayuda de los países de Occidente, EE. UU. y de “los gobiernos corruptos” de la Liga Árabe. Según Al Zawahiri, todos ellos están “conspirando” contra los sirios.

Al Qaeda, un posible actor directo de la violencia en Siria

Mientras tanto, algunos expertos opinan que Al Qaeda no solo desempeña el papel de inspirador ideológico en el conflicto sirio, sino que participa directamente en los actos violentos en el territorio del país, donde los disturbios empezaron hace casi un año. Así, por ejemplo, consideran que el grupo extremista islamista podría estar detrás de los atentados que se produjeron el viernes en la ciudad de Aleppo, en el norte del país, acabando con la vida de al menos 28 personas y dejando unos 175 heridos. Tampoco descartan la posible participación de Al Qaeda en los ataques terroristas realizados en Damasco en diciembre de 2011 y en el pasado mes de enero.

Al Qaeda y Occidente comparten el mismo deseo: desestabilizar a Siria

Aunque el líder de Al Qaeda se distancie de Occidente en su postura sobre el conflicto sirio, parece que el grupo extremista, al igual que las potencias europeas, EE. UU., Israel y la Liga Árabe, lo que busca es desestabilizar aún más a Siria para conseguir sus propios objetivos, como por ejemplo, la islamización del país.
No hay que olvidar que en Siria conviven diferentes grupos étnicos y religiosos y hasta hace poco no ha habido conflictos abiertos entre las minorías, en gran parte debido a la existencia de un sólido poder central. Si el presidente deja el poder, que es lo que busca EE. UU., la mayoría de los países europeos, la Liga Árabe y también Al Qaeda y diferentes grupos extremistas religiosos como, por ejemplo, Los Hermanos Musulmanes, no tardarán en aprovechar la ocasión para intentar hacerse con el poder como ya sucedió, por ejemplo, en Egipto, después de la dimisión de Mubarak.
Los Hermanos Musulmanes ya han jugado un papel lúgubre en la historia del país. En 1982 iniciaron fuertes disturbios en la ciudad de Hama, pero el entonces mandatario del país, Hafez al Assad, padre de Bashar, pudo sofocar la rebelión, contribuyendo así a la estabilidad y la unidad de Siria.

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