Y lo peor de todo es que la empresa para la que trabajan se dedica a comercializar “Energía Solar” o sea, una suerte de negocio para la sostenibilidad, paradójicamente, socialmente insostenible.
Según el acuerdo alcanzado con el Ministerio de Justicia , la empresa Becoming Green solo puede contratar al 20% de su personal procedente de las cárceles cercanas a Cardiff donde la compañía de ventas telefónica tiene su sede.
Mientras desde el Gobierno Británico señalan las ventajas de trabajar en estas condiciones para la integración social y laboral de los convictos, los empleados de la empresa confiesan su indignación por los despidos de personal, que termina siendo sustituido por esta mano de obra barata procedente de las prisiones. Los presos cobran solo el 6% del salario minimo interprofesional, unas 3 £ al día.
El personal también se queja de la inseguridad que le genera el hecho de compartir espacio con personas que cumplen condenas por delitos muy graves como el de asesinato y cuyas condenas están aún lejos de cumplir. Una inseguridad a la que también contribuye el malestar entre los presos por la discriminación salarial que sufren (viven una doble condena y doble exclusión) lo que enrarece todavía más el clima laboral.
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