Cámaras espía para las gasolineras


Llega a la gasolinera y comienza a repostar ensimismado en sus pensamientos. Observa ausente la pantalla del surtidor y completamente ajeno a lo que está sucediendo a su alrededor. La cámara de seguridad de la gasolinera está tomando nota de todo lo que ocurre y la información de su vehículo está siendo contrastada con las bases de datos de tráfico sin que sea consciente de ello.

Un sofisticado sistema está cotejando en tiempo real su matrícula con los registros de tráfico y en el caso de que su vehículo no cuente con el correspondiente seguro obligatorio o todas las tasas al corriente de pago, el sistema le negará el suministro de combustible. Este sistema ha despertado el interés de las autoridades en el Reino Unido y podría ser una realidad en breve en un intento por parte de las autoridades por reducir el número de vehículos que circulan sin el correspondiente seguro.

¿Gran Hermano?

El planteamiento es sencillo: el sistema se basa en explotar las miles de cámaras instaladas en las diferentes gasolineras del país que hasta la fecha eran utilizadas únicamente para disuadir a aquellos que se marchaban sin pagar. La información registrada por las cámaras es transmitida a las bases de datos de las autoridades de tráfico donde se coteja que ese vehículo está al corriente de todos los pagos. Si no es así, no hay combustible. “La clave es la sencillez: conectar diferentes tecnologías es fácil y barato”, afirma Graeme Swan, uno de los consultores de Ernst & Young, firma precursora del proyecto.

Esta herramienta trataría de resolver lo que ya es un problema creciente: se estima que en el Reino Unido cerca del 4% de los conductores no tiene asegurado su vehículo, y esta cifra se dispara en las grandes capitales. Swan se ha puesto la venda antes que la herida y ha corrido a asegurar que este sistema no tiene nada de Gran Hermano: “La base de datos ya existe, no se traza la ubicación ni se guardan registros” afirma.

Tecnológicamente, el sistema no parece plantear muchos inconvenientes, pero los empleados de las gasolineras han puesto ya el grito en el cielo ante la que se les podría venir encima. Así, un portavoz de RMI Petrol (la asociación que engloba el grueso de las gasolineras del país) ha afirmado que sus empleados “están ya hartos de aguantar las quejas de los usuarios por el precio del combustible”y ven este nuevo sistema como una fuente de posibles conflictos, “no somos agentes de la ley” concluye.

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