Pekín cierra su televisión a la influencia occidental

El Gobierno chino tiene en marcha una cruzada cultural. Las 34 cadenas de televisión por satélite del país asiático han recortado más de dos tercios el número de programas de entretenimiento en las horas estrella, como consecuencia de las órdenes dictadas el pasado octubre por las autoridades de reducir los programas de “mal gusto” y “excesivo entretenimiento”. Las emisiones se habían convertido en una ventana por la que se colaban en los hogares en el horario de mayor audiencia historias que exponían las crecientes desigualdades sociales, el materialismo, la corrupción, la infelicidad y otros problemas que los líderes de Pekín prefieren que no lleguen a la pequeña pantalla, ya que revelan las contradicciones existentes y merman el mantra oficial de promoción de “una sociedad armoniosa”.
“Los canales satélite han comenzado a emitir programas que promueven las virtudes tradicionales y los valores socialistas claves”, señala SARFT. El organismo regulador “cree que la decisión de recortar la programación de entretenimiento es crucial para mejorar los servicios culturales de la población”.

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