Por: Redacción Revista Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- Cuatro grabaciones, una de ellas realizada con la cámara que portaba en el casco un elemento de la Secretaría de Marina (Semar), permitieron a la Procuraduría General de la República (PGR) reconstruir los hechos ocurridos el pasado 18 de agosto en la carretera federal México-Cuernavaca, además de corroborar que elementos de la Policía Federal (PF) violaron sus protocolos de actuación.
Según dichas grabaciones, de las que da cuenta el diario La Jornada en su edición de hoy, desde vehículos particulares y a pie, alrededor de 20 hombres vestidos de civil dispararon contra dos elementos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés) y un marino, sin que mediara agresión por parte de éstos y sin que representaran un riesgo para los integrantes de la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSP).
Fuentes consultadas por el diario refirieron que la PGR indaga un presunto intento de homicidio y encubrimiento por parte de los altos mandos de la PF, porque no todos los elementos que atacaron el vehículo diplomático fueron presentados, aunque ya fueron identificados.
Señalaron que después de la balacera, los mandos de la Semar y miembros de la CIA que operan en México vieron los videos en los que se aprecian escenas en las cuales unos 18 o 20 hombres vestidos de civil, algunos en vehículos particulares y otros a pie, dispararon contra la camioneta blindada Toyota, con placas diplomáticas BCM-242, y luego fueron apoyados por policías federales uniformados.
Con los videos grabados por uno de los efectivos del Ejército, el Ministerio Público Federal pudo identificar a algunos de los participantes en el ataque que no han sido detenidos y confirmar que iban vestidos de civil y se transportaban en vehículos particulares.
Las fuentes consultadas por La Jornada revelaron que la instalación de cámaras de video en los cascos es utilizada por miembros de las fuerzas especiales cuando hay operativos de alto riesgo.
Según información oficial, los agentes de la CIA que viajaban en la camioneta blindada, Jess Hood Garner y Stan Dove, estaban en México en calidad de instructores de tiro y colaborarían con la Semar en la capacitación de personal desplegado en un campo de entrenamiento en el municipio de Xalatlaco, Estado de México.
El pasado 24 de agosto, el gobierno mexicano reconoció que los agresores eran policías federales, mientras que la embajada de Estados Unidos en México afirmó que se había tratado de una emboscada.
El diario también reveló que de acuerdo con información de la Subprocuraduría de Control Regional de Procedimientos Penales y Amparo, que dirige Victoria Pacheco Jiménez, el Ministerio Público Federal descartó que la investigación del secuestro de Salvador Vidal Flores Pérez, director de Protocolo y Relaciones Públicas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), tenga relación con el ataque contra los estadunidenses y el marino, como ha señalado la SSP federal.
En días pasados, Pacheco Jiménez se entrevistó durante más de tres horas con Vidal Flores, quien afirmó haber sido secuestrado en las inmediaciones de Huitzilac, cuando se dirigía a la ciudad de México, y manifestó haber solicitado la ayuda de la Policía Federal.
Según el diario, las investigaciones revelan que el vehículo en el que supuestamente llevaban al director del INAH no corresponde a la descripción de la camioneta blindada con placas diplomáticas, por lo que quedó descartado que se tratara de hechos continuados o vinculados.
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